Cuando estuvimos en el congreso de psicología en A Coruña presentando nuestro proyecto aprovechamos para visitar el museo de la ciencia. Allí tenían un prototipo de lo que puede considerarse el primer libro electrónico y a la vez el primer dispositivo de educación electrónica. Su inventora era Ángela Ruiz Robles, que pensó que los métodos de enseñanza de su tiempo eran aburridos y que las tecnologías de la época (los años 40) permitían adelantos. En sus propias palabras:
«Si los muertos resucitaran, verían los avances en teléfonos, en que ya no tardamos 24 horas en llegar hasta Madrid, en los televisores… Se darían cuenta del paso del tiempo. Pero si miraran la enseñanza, pensarían que no había pasado el tiempo, o que se equivocaron de siglo y que continuábamos como en la Edad Media».
La historia al completo la cuentan muy bien aquí:
Doña Angelita: la española que vislumbró la era digital en los años 40
Sin duda disfrutaría al ver que los adelantos de la ciencia permiten educar digitalmente, pero seguramente se sorprendería del poco uso que se hace en las aulas de los dispositivos móviles.